lunes, 31 de octubre de 2016

Semana 52. “Un año después…”

El tiempo vuela, qué cierta es esta expresión. Semana a semana, mes a mes, aquí estoy, un año después. Puedo decir que bastante recuperado y con muy buenas sensaciones.

Después de la vuelta al trabajo, el verano resultó activo y potente. Ninguna molestia y actividades de altura. Escalada, ascensiones, rutas en bicicleta… Intento recuperar mi ritmo normal de actividad y, hasta la fecha, no he notado molestias, con excepción de un ligero dolor en el tobillo izquierdo tras caminar descalzo por la playa, curiosamente unas de las actividades más ligeras de este pasado verano.

Una vez recuperada prácticamente la forma física, puedo decir que mi vida ha vuelto al mismo punto. Me falta probar a correr un poco más de continuo, pero era una actividad que tampoco hacía antes de la lesión, aunque he trotado algún día que otro y no he tenido malas sensaciones.

Las cicatrices tienen mejor aspecto y el tendón ha recuperado un aspecto más normal, aunque la zona de costura sigue un tanto inflamada, cosa que me dijeron en la clínica que sería así, aunque de momento no he tenido problema con el calzado, zapatillas, botas y pies de gato no me han dado problemas.

Seguiré entrenando y escalando, en definitiva, disfrutando, pues a día de hoy no he perdido la ilusión ni mucho menos las ganas.

He de agradecer a todos los que me rodean y me acompañan en mis pequeñas/grandes aventuras por su paciencia y ayuda, entre todos me van llevando a donde quiero estar, ya falta menos, aunque lo importante para mí es disfrutar del camino.




martes, 3 de mayo de 2016

Semana 26. “Arena y cal”.


Semana 26.  “Arena y cal”.
03/05/2016

La semana pasada salí, al fin, con Fran y Susana a probar las sensaciones escalando con cuerda. Se cierra el círculo, pues el último día escalé con Susana también en Patones, así que vuelvo dónde lo dejé, aunque en un sector más sencillo, pero con la misma ilusión. Con mucho cuidado y atención, y probando en vías muy fáciles, he pasado la soleada mañana disfrutando y muy atento a las sensaciones de cada paso. Una primera toma de contacto, con la cuerda por arriba y con todas las garantías de seguridad, me ha animado a probar ya otras vías, esta vez de primero, con mil ojos y muchísima calma. Fue una una gran experiencia. Ya me veía preparado para acudir el miércoles al médico y volver el jueves a trabajar, preparado para la reinserción...

Pero de la forma más tonta, y contra todo pronóstico, al día siguiente, paseando tranquilamente, un resbalón sobre una piedra y caída brusca sobre el pie izquierdo, quedando la puntera hacia arriba y sufriendo una distensión en el tobillo. Un agudo pinchazo, similar al que había sufrido en otras ocasiones, pero esta vez no desapareció en unos segundos. Tardó como un minuto. No hinchazón, no hematoma, pero el pinchazo persistía. Podía caminar bien, sin cojear, incluso conducir. Al día siguiente, probé a montar en bici y bien, muy suave, pero la molestia persistía.

Acudí a la consulta, en teoría para que me dieran el alta y volver al trabajo, pero me dijo la doctora que si me dolía que mejor esperara una semana. Para mi "desesperación", una semana más, y lo peor, guardando reposo. 

Parece ser que era un ligero esguince, grado I. Rabia y enfado, justo el día anterior a dar un paso más en mi recuperación me encuentro con este contratiempo. Después de casi seis meses sin dolor ni molestias, y en la recta final me encuentro con este... en fin.

Pruebo todo tipo de remedios, desde el ibuprofeno, pasando por Traumeel, baños de agua tibia con sal y hierbabuena, emplasto de aceite y arnica, y sobre todo reposo. Es una ligera molestia, sólo la noto al caminar, y no en todas las posiciones del pie. Toca esperar un poco más...

El fin de semana la cosa ha ido mejorando, las molestias han ido desapareciendo y me ha permitido recuperar un poco de actividad, pero con muchísima precaución.


lunes, 25 de abril de 2016

Semana 25. “Rehabilitado”.


Semana 25.  “Rehabilitado”.
25/04/2016



Ya me encuentro con un pie en la última fase. La semana pasada terminé la rehabilitación en la clínica, ahora toca seguir reforzando, estirando, dando elasticidad y potencia por mi cuenta. Tocó despedida, con alegría pero con cierta pena, del equipo de Rehabilitación de la Cemtro, un equipo humano y profesional que me han hecho mucho más llevadera la recuperación. Agradecimientos a Cristina, mi fisio, a Jaime, mi estudiante preferido, a Ismael, su compañero, con los que he hecho una pandi de lo más divertida. También a Charly, a Bego y al resto de personal, así como a tantos compañeros pacientes, cada uno con sus historias, los que han ido pasando y los que allí han quedado con su tarea de recuperación.

La bici se ha convertido en mi gran aliada. Intento salir todos los días aunque sea media horita, noto que me va muy bien, pues ese movimiento circular de la pierna sin impacto me permite incluso ponerme en pie sobre los pedales sin molestia alguna.

Sigo con mis estiramientos diarios y con ganas de recuperar la normalidad en mi vida. Si todo sigue así me reincorporaré al trabajo a finales de semana. 






jueves, 21 de abril de 2016

Semana 24. “Recta final”.


Semana 24.  “Recta final”.
18/04/2016

Después de casi 170 días de recuperación, y a punto de llegar al sexto mes estoy en la recta final de la rehabilitación.

Estos últimos días ya me he encontrado muy bien, nada de dolor, fortalecimiento día a día. He comenzado a salir en bici casi a diario y sigo caminando sin límite. También he empezado a entrenar más en serio en el rocódromo y las sensaciones son muy buenas.

Las cicatrices están algo resecas, me doy crema hidratante un par de veces al día, pero, sobre todo la parte que roza en el calzado, está con escamas, aunque no me molestan nada. También siento que las adherencias practicamente han desaparecido, o al menos así lo siento yo. No han quedado muy estéticas de cara al verano, pero al menos parece que aguantarán.

En tres días iré a ver a la doctora de cabecera y no sé si me mandará ya a trabajar o esperará unos días más y ver qué tal me siento sin hacer rehabilitación. Por una parte me siento con ganas y preparado, pero por otra la sensación de hacer terminado la rehabilitación, que no la recuperación, está ahí, aunque está claro que tendré que seguir haciendo ejercicios por mi cuenta. Aunque si ya no tengo que ir a rehabilitación creo que lo mejor es recuperar mi ritmo normal.

Estoy muy contento, pues voy cumpliendo las previsiones, me dijeron de cinco a seis meses y ahí estoy, en plazo, he hecho ya varias ascensiones, he probado raquetas por la nieve, crampones, caminar por todos los terrenos, montar en bici, entrenar en roko y algún bloquecito, y de momento no ha habido ninguna molestia, ya sólo queda salir a a escalar, en cuanto el tiempo lo permita será la prueba definitiva, para ver qué tal responde el cuerpo, pero sobre todo la mente.






domingo, 3 de abril de 2016

Semana 22. “Haciendo equilibrios”.


Semana 22.  “Haciendo equilibrios”.
28/03/2016

A la vuelta de Semana Santa me esperaba un nuevo ejercicio, casi un juego, "Bosu", un casquete esférico hinchable sobre el que hacer equilibrio, reforzando así los tobillos, vamos lo que llaman "propiocepción". Primero un pie y luego otro. El primer día costaba mantenerse arriba, pero poco a poco voy cogiendo confianza y sentido del equilibrio y al final me tengo que bajar más por cansancio que por falta de equilibrio. Eso sí, noto que trabaja el tobillo en todas direcciones, tensándose cuádriceps y glúteo. Cinco minutos con cada pie. Al final de la semana noto un tanto resentido el tobillo, pero nada importante. Continúo cada día con los ejercicios en el plato, metiendo ya al final 3 pesas, y también con los excéntricos en la escalera. 

Jaime (el estudiante que me trata), ya está muy suelto y la verdad que es muy divertido trabajar con él, va cogiendo confianza y me va dando caña. Se ha prestado para una mini sesión fotográfica y me ha dado permiso para colgar su foto. Me dice que ya tiene prácticamente terminado el trabajo sobre mi lesión.

También tuve revisión del traumatólogo esta semana, aún no puedo correr, pero ya puedo ir montando en bici, hacer remo, nadar, y sobre todo caminar sin límite (cosa que ya venía haciendo). Que vaya subiendo alguna montañita, aunque ya he hecho alguna que otra cumbre. Evitar los impactos. Me mandó 15 sesiones más de rehabilitación y después a trabajar. Me verá en dos meses, para que ya vaya llevando vida normal, y si no hay ningún contratiempo, por su parte me dará el alta, así que ya voy viendo la luz al final del túnel.

Continúo caminando, subiendo alguna montaña y pisando nieve, que va muy bien para la propiocepción, y la verdad es que me encuentro cada día mejor. La elíptica me hace sudar y noto que voy cogiendo fondo. Estoy recuperando los entrenos en el roco, suave pero ya pisando presas, con mucha precaución y sin ganar altura. En cuanto haga bueno a probar la bici!!!



lunes, 14 de marzo de 2016

Semana 20. “Nieve y elíptica”.


Semana 20.  “Nieve y elíptica”.
14/03/2016

En el proceso de rehabilitación ha habido pocas novedades. Los ejercicios siguen siendo los mismos, cada vez los realizo con mayor facilidad, y esta última semana he incorporado diez minutos de elíptica. No he notado ninguna sensación, ni buena ni mala, mejor así. Sudo un poco y se agradece, los cuádriceps se resienten un poco, pero me gusta volver a notar el esfuerzo en mis piernas.

Los paseos cunden más. Mayor distancia en el mismo tiempo, o más tiempo caminando, según el momento.

He hecho varias "rutitas" por la zona y he subido ya algunos picos, consiguiendo sumar metros de desnivel. Las subidas las hago sin molestias, sintiendo como el fondo vuelve a mis piernas. Las bajadas ya es otra cosa, voy con mil ojos, intentando no golpear mucho los pies ni saltar, aunque he dado algún pequeño salto, incluso me he arrancado a trotar algunos metros y no ha habido malas sensaciones. Lo de trotar fue un poco extraño, pues después de tantos meses me sentía muy extraño, como si no supiera correr, pero fueron unos pasos y no me dio tiempo a más, pues rápido volví a caminar, no quiero abusar.

Los movimientos del día a día se van incorporando a mi vida, algunos ya de forma instintiva, me sorprende, a veces, recuperar gestos como si no hubiese pasado nada, aunque la cada vez más ligera rigidez de mis talones me recuerda que me ande con cuidado.

Ya me quedan pocas sesiones de rehabilitación (cinco), y no sé qué pasará cuando vaya al médico en diez días. Aún me veo lejos de la recuperación, aunque voy volviendo a una vida "normal", pero sin excesos, caminar y conducir, poco más.

Cristina, la fisio que me lleva en la clínica, me dice que aún es pronto para correr y montar en bici, así que paciencia, de momento a caminar y a entrenar muy suave en el roco. Jaime, el alumno en prácticas, me sigue tratando, midiendo y tomando datos para su trabajo, ha investigado un poco en la red y me dice que hay pocos casos de cirugía bilateral, no iba a ser yo menos...


domingo, 6 de marzo de 2016

Semana 18. “Primeras rampas”.

Semana 18.  “Primeras rampas”.
29/02/2016

Comienza la semana con nuevos ejercicios, cualquier novedad me supone una alegría, vamos superando etapas.

Sigo haciendo los ejercicios en el plato, balanceo lateral y luego adelante y atrás, quince minutos con cada pie, cada ejercicio, así que me tiro una hora moviendo los pies, ya consigo terminar todos los movimientos con las pesas, primero un kilo y luego dos.

El siguiente ejercicio es el que me ha cambiado esta semana. Antes hacía concéntricos, elevando los talones al descargar la corriente, ahora, es al contrario. Los excéntricos los hago en los peldaños de una escalera. Descalzo, con medio pie dentro y los talones en el aire. Comienzo de puntillas, al recibir la descarga bajo los talones, pero sólo en horizontal, a la altura de los dedos, no bajo más. El ejercicio dura un cuarto de hora, y cada movimiento durará como cinco segundos más o menos. Ya me avisa Cristina de que el primer día no haga todo. Me resulta muy duro. Pero cada día voy mejorando, el viernes consigo hacerlo completo. Me siento mucho más fortalecido. Estos días me está viendo Jaime, el estudiante en prácticas, me ha medido los ángulos que soy capaz de alcanzar. Ya le he dicho que cuando termine el trabajo me pase una copia.

Después continuo con los intrínsecos, la toalla al suelo y a arrugarla, me descarga mucho toda la zona del tendón y gemelos.

Voy recuperando un poco la normalidad. Ya conduzco casi perfectamente, aunque los talones se resienten un poco cuando llevo un rato al volante. He cogido la moto y no noto ningún problema. Mucho cuidado al parar y llevar los pies al suelo.

He ido un par de tardes al roco, entreno con zapatillas, así que a las presas no me acerco. Sigo colgándome del regletómetro y del campus, unas dominadas y unas pesas, hay que fortalecer estos dedos. He comprado unos gatos de un modelo antiguo, la verdad es que el aspecto es como del siglo pasado, pero son muy cómodos, y el talón me va de maravilla. La semana próxima los llevaré al roco a ver qué tal se portan.

Sigo caminando a diario, unas dos horas, y he aumentado un poco el ritmo. También voy subiendo ya y consiguiendo mis primeros desniveles. La verdad es que la moral está por las nubes, pero con los pies en el suelo, como dice mi doctora, con calma y paciencia.




domingo, 28 de febrero de 2016

Semana 17. Los gatos “arañan”.


Semana 17.  Los gatos “arañan”.
22/02/2016

Pocas novedades para esta semana. La rehabilitación sigue su curso, de momento con los mismos ejercicios y ahora, además, me ven un par de alumnos en prácticas, bajo la supervisión de Cristina. Uno de ellos, Jaime, se pone conmigo y me va dando movimiento y comprobando los avances en fuerza y movilidad. Me ha dicho que va a hacer su trabajo sobre mi lesión, todo un honor (o no, por ser un caso “clínicamente interesante”), la verdad que no he visto ninguna lesión igual, de los dos tendones a la vez.

En los ejercicios del plato voy mucho mejor, ya puedo mover las dos pesas sin demasiado esfuerzo, y con la electroestimulación aguanto muy bien todo el ciclo poniéndome de puntillas.

Ya puedo conducir bastante bien y sigo caminando a diario. Al terminar me pongo un poco de hielo durante 10-15 minutos, no se me inflama, pero así parece que me relaja y a la vez me refresca.

He comenzado a dar los paseos con un poco más de desnivel, y las subidas no suponen demasiado esfuerzo, las sensaciones son muy buenas. Las bajadas las hago con mayor prudencia y de momento sigo evolucionando en tiempos y distancia.

He probado a meterme los gatos, me entran, sí, pero al ser altos del talón y encajarse tanto y tan arriba me hacen daño. Tendré que esperar a que la cicatriz esté más dura, o ir buscando nuevos modelos…






domingo, 21 de febrero de 2016

Semana 16. “Mejor con botas”.

Semana 16. “Mejor con botas”.
15/02/2016



Esta semana he empezado a poner más peso en el plato, dos pesas, parece que sería sencillo, pero no, el primer día me costó un montón, casi no podía completar los ocho minutos. Mi intención era continuar con la misma rutina, ocho minutos delante y ocho minutos detrás. Las dos pesas delante bien, pero al pasarlas a la parte de atrás me costaba mucho, y llegar a los ocho minutos resultaba toda una proeza. Además, el talón izquierdo me daba algo de guerra y se me hinchaba un poco y notaba una especia de “picor” en la parte posterior del pie. Fui viendo la manera de hacerlo más llevadero. Y probando, he visto que lo mejor es empezar con una pesa, primero 4 minutos, y los siguientes 4 con las dos. Y cada día ir reduciendo/ampliando. Hasta el viernes conseguir empezar con una pesa durante 2 minutos y los 6 restantes con las dos. Mucho mejor así. He notado la evolución día a día.



El ejercicio de elevar talones ha ido mejorando también día a día. Ya consigo mantenerme los quince minutos arriba sin demasiado esfuerzo.



En casa me pongo hielo un par de veces al día y he recuperado el bálsamo de tigre, me alivia mucho y me da sensación de frescor, mejor que el Traumeel.



También he observado que las zapatillas me provocaban, sobre todo en el talón izquierdo, una inflamación justo en la zona de encima del tobillo, hacia el talón, coincidiendo con el borde de la zapatilla y el comienzo de la cicatriz, donde está más abultado. He probado con unas botas suaves de senderismo y la verdad es que hay una gran diferencia. Pensé que la cicatriz rozaría y me molestaría, pero no, al contrario, me resulta más cómodo y no se me hincha la parte de la cicatriz, así que ahora intento usar las botas siempre que puedo. Tampoco me molestan para conducir, sí, para conducir, pues ya prácticamente puedo coger el coche sin molestias y poco a poco voy ganando en seguridad y en independencia.



Continuo caminando entre una hora y media y dos horas diarias, cada vez a mejor ritmo y ya he “subido” algún repecho, las sensaciones son buenas y no hay molestias. Noto los gemelos mucho más fuertes y ya me canso menos. Ahora a coger forma.



Estoy muy contento y animado, hay veces que me da la sensación de que puedo hacer “cosas normales”, pero tanto la doctora como la fisio me han recordado que esto requiere su tiempo, y que sea paciente y cauto. Me encuentro muy bien y las molestias son muy pocas, lo que me hace pensar que voy lento y que podría avanzar más, pero ellas tienen razón, no hace tanto estaba en la silla de ruedas, muletas, botas… todo ha ido pasando relativamente rápido, pero la recuperación lleva su tiempo y he de respetarlo. Con mucha moral mi objetivo ahora es ir fortaleciendo y comenzar a hacer alguna subida para coger fondo.






domingo, 14 de febrero de 2016

Semana 15. “100 días”.

Semana 15. “100 días”.
08/02/2016

Empiezo la semana con muchas ganas. Ese nuevo ejercicio de elevar los talones me supone un reto que tendré que superar. Es duro al comienzo, pero con el paso de los días voy viendo que me cuesta menos y el viernes, al fin, elevo con fuerza y me mantengo arriba, incluso soltando la mano de la pared para mantener el equilibrio. Me voy superando.

Igualmente, el viernes, Cristina me dice que para el lunes próximo iré poniendo más peso en el plato y que haré también el movimiento lateral, izquierda derecha.

Todas las tardes salgo a caminar, entre una y dos horas, intento alargar lo que puedo, y veo que voy más cómodo por la tierra que por el asfalto. A veces noto los talones cansados, y siento como un ligero picor por dentro, por otra parte, tengo la piel más suave que nunca, tanta crema hidratante, masajes y cuidados, hace que mis pies luzcan como nunca.

El  miércoles, después del ejercicio de elevar los talones sentí molestias en la zona de la cicatriz izquierda. Un picor y una sensación de rigidez. Se lo comenté a Cristina, y después del masaje me aplicó hielo durante diez minutos. Me alivió bastante y salí caminando de la clínica mucho mejor, pero al llegar a casa, después del bus, noté de nuevo la misma sensación, así que me volví a aplicar hielo y desapareció la molestia. El jueves y viernes, durante el masaje, me ha probado la fuerza del pie, tanto hacia arriba como hacia abajo, sujetando y yo apretando en sentido contrario, la sensación es buena.

El fin de se semana me animé a coger el coche el viernes fui a recoger a Paula. Los primeros kilómetros me resultaron extraños, incluso un poco molesto con el embrague, pero a la vuelta iba con mejores sensaciones. El sábado bajamos al cine y ya me encontré mucho más cómodo, al fin y al cabo es muy rutinario.


Esta semana he completado las primeras 20 sesiones de rehabilitación, siento que no he hecho una gran variedad de ejercicios y el esfuerzo, salvo el ejercicio de elevar los talones, me parece muy suave, pero puedo decir que me encuentro mucho mejor. Buena movilidad, poco dolor (algo de rigidez a veces), y el tono del gemelo ya es mucho más “aceptable”. Caminar ya no me agota tanto. El miércoles pasé por el roco y estuve haciendo algunos ejercicios a ras de suelo, para ir recuperando fuerza también en brazos y dedos. 






domingo, 7 de febrero de 2016

Semana 14. “Vida normal”.

Semana 14. “Vida normal”.
01/02/2016

La semana comienza con mucho ánimo y nervios. El lunes, después de la rehabilitación, ya en casa, pruebo a quitarme las botas y paso la tarde en zapatillas, por casa, y la verdad es que muy bien. Qué razón tenía el médico cuando me dijo hace un par de semanas que esto cambiaba casi por días.

Al fin llegó el esperado momento de la consulta. El martes me bajé a la Clínica con Carlos, dándole descanso a Pablo, no tengo prisa y hay margen de sobra después de rehabilitación, y así no tengo que esperar allí tanto tiempo.

Es llamativo como siendo una clínica especializada en traumatología, en las salas de espera no hay una gran consideración con los pacientes, pues los acompañantes se sientan tranquilamente con los “tullidos” y al ir normalmente con retraso las consultas, muchos tenemos que esperar de pie, ante la indiferencia de estos que están, en principio, “sanos”. Muletas, botas, no conmueven a jóvenes o mayores, pero bueno, en sus conciencias irá, o seguramente ni eso, pues para mí que ni se dan cuenta de ello.

Es mi turno, paso y lo primero que me pregunta es que si he llevado zapatillas. Le comento que he practicado un poco e inmediatamente me invita a quitarme las botas y caminar por la consulta para ver qué tal me defiendo. Tras los primeros pasos, un tanto indecisos, camino un poco y me dice que ya me puedo olvidar de las botas y que haga “vida normal”. Me quedo sorprendido, pero me explica que ya puedo caminar, sin límite, y que vaya intentando hacer mi vida. Evitar golpes, saltos, carreras, usar calzado cómodo, y me manda 30 sesiones más de rehabilitación (aunque aún me queda la semana siguiente completa). Me verá en un par de meses, coincidiendo con el fin de la rehabilitación para ver si puedo agacharme y andar de puntillas. Me dice, otra vez, que me va a dejar listo para correr, cosa que me alegra. Le pregunto por el tema de la escalada y alpinismo y me contesta que tendré que hacer ejercicios específicos, pero que no tendré problema alguno.

Salgo con las botas en la mochila y camino con otro garbo por los pasillos. Encima Jony, que subía para casa, para a recogerme, evitando así el pesado transporte público.

Un nuevo cambio, éste muy grande, pues aunque tengo alguna pequeña dificultad al caminar, ya estoy en la tan esperada última fase, sigo sin tener dolor y la rehabilitación va lenta pero segura.

Sin pérdida de tiempo comienzo a caminar por las tardes, primero por el pueblo y después por la dehesa, por la pista, con pocos baches, y casi voy más cómodo por terreno un poco irregular, mejor que el duro asfalto.

Estoy caminando entre una hora y tres cuartos a dos horas, termino cansado, pero día a día noto que voy fortaleciendo también tobillos y los gemelos parece que ya no cuelgan tanto.

Me encuentro al médico en la cafetería, antes de entrar a rehabilitación, y le pregunto por el tema de conducir, pues con tantas cosas se me pasó comentárselo en la consulta. Me dice que sí, que lo intente, que tengo movilidad y que seguramente podré hacerlo, aunque vaya probando para ver qué sensaciones tengo. Ya veremos.

Voy a ver a la doctora de cabecera y le cuento las novedades. Me da un par de semanas más para verme de nuevo.

Para rematar la semana, Cristina (mi fisio) me dice que el viernes haremos un cambio en la electroestimulación. Llegado el momento, me coloco descalzo, sobre una toalla, de cara a la pared. Haré ejercicios concéntricos. Esto consiste en ponerme, igualmente, los electrodos en los gemelos y a la vez que noto la descarga eléctrica elevo los talones. Hago una prueba y me quedo clavado. Parece que peso 500 kilos, una sensación de impotencia me invade por completo. Hago un segundo intento, esta vez me concentro y consigo elevarme. Tengo que mantenerme arriba unos segundos, mientras dura la corriente, bajar cuando corta para volver a subir de nuevo. Son quince largos minutos, pero pongo empeño y consigo hacer todas las repeticiones. Charly, el auxiliar, me dice que tranquilo, que es el primer día, que la semana próxima me irá mucho mejor. Me voy contento para casa con ganas de salir el fin de semana.

El finde camino por las mañanas un buen paseo y luego descanso, noto que me falta fondo.

Por último, he probado a sentarme al volante de nuevo. He movido los pedales, pisando, suave, más fuerte, y me he decidido a arrancar el coche. He hecho algunas maniobras y las sensaciones no han sido malas, pero prefiero estar más fuerte y confiado para salir a carretera. Ya queda menos.




domingo, 31 de enero de 2016

Semana 13. Primer trimestre.

Semana 13. Primer trimestre.
25/01/2016

La segunda semana de rehabilitación tiene pocas novedades en cuanto a ejercicios. Continúo con los mismos, me encuentro mucho mejor y me parece lento y que podría hacer más, pero también me doy cuenta de que mis piernas aún no están muy fuertes. Noto bastante mejoría en cuanto a equilibrio. Ya soy capaz de mantenerme en pie sin apoyarme y he dado algún pequeño pasito, con mucha precaución.

Cuando llego a la clínica, a primera hora, siento los pies embotados, pero en cuanto comienzo con los ejercicios, rápidamente entran en calor y los tobillos ganan en movilidad. Los masajes añaden movimiento y fuerzan un poco algunas posiciones, no siento nada de dolor. Cristina me ha dicho que las cicatrices tienen muy buen aspecto y que casi no están pegadas, así que continua trabajando sobre ellas. 

El jueves añadí una pesa al plato, la mitad del tiempo en cada sitio (dedos/talón). Los primeros movimientos cuesta moverla, pero rápidamente voy cogiendo ritmo y al final se acostumbra uno.

El fin de semana he estado en casa probando con las deportivas. Camino, me levanto, me siento y la verdad, los primeros momentos han sido extraños, como pisar con toda la planta, pero poco a poco vas recordando cómo caminar (es como cuando te dicen que nunca te olvidas de montar en bici, pero más básico aún). Es una agradable sensación de libertad y ligereza. Me he quitado un poco el miedo a salir el martes de la consulta con mi propio calzado, de todas formas me dijo Cristina que si no lo veía claro, ya que iba a ir con las botas, en un momento dado podría volver con ellas a casa y ya aquí ir practicando. 

Espero que este entrenamiento del fin de semana me de suficiente seguridad para salir de la consulta con las botas en la mochila. Ir hasta el metro y volver en el bus es el reto que tengo ahora mismo en mi cabeza.


Hoy hace tres meses de la lesión, el tiempo ha pasado, no puedo decir ni lento ni rápido, y echando la vista atrás parece poco, pero cada día ha ido sumando de cara a la recuperación final. Las sensaciones son muy buenas, y mejorando.


lunes, 25 de enero de 2016

Semana 12. Primeros ejercicios.

Semana 12. Primeros ejercicios.
25/01/2016

Y llegó el tan esperado momento de ir a Rehabilitación. Me baja Pablo, compañero de La Cabrera, y me deja en la Clínica a las 8.30, como hasta las 9.30 no tengo cita y no sé cómo va aquí el tema de los horarios, me paso por la cafetería, tomo un café, hago tiempo y a las 9.15 me bajo a Fisioterapia. 

Lo primero, me presentan a Cristina, será mi Fisio, y me echa un vistazo general, movilidad, dolores, cicatrices. Todo parece estar en orden. Me dice los ejercicios que haré todos los días, y al final, cada jornada, me verá ella.

Comienzo con un ejercicio de inversión-eversión, mecanoterapia de flexión dorsal-plantar, vamos que me pongo en un aparato, me sujetan el pie con unas correas y a darle arriba y abajo, el primer día 10 minutos con cada pie, el resto, 15. Me empleo a fondo, veo que la gente se pone a charlar y le da al pedal alegremente. Yo intento concentrarme en llevar el pie al máximo en cada movimiento, vigilando el comportamiento del tendón/gemelo. A lo largo de la semana voy viendo que el gemelo toma algo de forma y se mueve.

Después de la flexión paso a electroestimulación, 15 minutos de corrientes en ambos gemelos. Me tumbo en la camilla con los pies en ángulo recto contra la pared. El cosquilleo es hasta agradable y me relajo un rato mirando al techo.

Por último, me siento en una butaca y con una toalla en el suelo hago ejercicios “intrínsecos”, moviendo los dedos de los pies como si quisiera coger la toalla, 15 minutos con cada pie. Alterno uno y otro y hago un total de 20/25 minutos.

Para terminar, paso a una sala con Cristina y me va moviendo el pie, suavemente a un lado y otro y forzando un poco arriba y abajo. No noto nada de dolor, así que se va empleando cada día un poco más fuerte. Luego, boca abajo, me va repasando el tendón a ambos lados y “pellizcando” la cicatriz, supongo que para ir despegando un poco el mazacote. Tengo el tobillo “fino”, pero el tendón está bastante ancho y algo amorfo. Espero que se vaya estilizando con todo este ejercicio.

Y así los cinco días. El lunes pregunté que si hacía algo por la tarde en casa, y las dos auxiliares contestaron al unísono “Descansar”, bueno, les dije que me gustaría aprovechar un poco el tiempo, pero sin forzar, claro, y me dijeron que, como mucho, un poco el ejercicio de la toalla. Caminar sin abusar y que poco a poco.

La vuelta a casa ya es un poco más aventura. Camino diez minutos (a mi paso) hasta el metro, allí bajo todo escaleras mecánicas y tengo cuatro estaciones hasta Plaza de Castilla, desde donde sale un bus cada hora hasta casa. Los horarios no cuadran mal, así que en dos horas y cuarto estoy en casita, sin caminar mucho y sin subir y bajar escaleras.

Ya voy poniéndome en pie, día a día he notado mucho cambio. El primer día, apenas mantenía el equilibrio, y tenía que apoyarme, era una sensación extraña, como de mareo, pero noto que voy a mejor, ya incluso he dado algún pasito y entro y salgo de la ducha en pie, con mucho cuidado, eso sí. Ya puedo quedarme de pie en equilibrio.

Me queda poco más de una semana con las botas y ahora mismo no me veo muy capaz de caminar con zapatillas y sin muletas, me encontré al doctor en la cafetería y se lo comenté, me contestó que notaré mejoría día a día y que me verá en consulta para hacer el cambio. Probaré en casa antes, para ver sensaciones.

Con las botas puedo andar medianamente bien, lento pero seguro, paseo y disfruto a mi ritmo de la libertad de volver a caminar…






domingo, 17 de enero de 2016

Semana 11. Comienza la rehabilitación.

Semana 11. Comienza la rehabilitación.
18/01/2016

El martes bajé a la Clínica a la revisión, dos meses y medio ya de la operación, el tiempo ha ido pasando, no diré que ha volado, pero tampoco ha sido tan lento, muy llevadero, diría yo.

Como no sabía que me diría el médico acerca de caminar, al final me ha bajado Jony, así ha sido más cómodo, pero me quedo con las ganas de saber la combinación de transporte público, tiempo habrá. Una vez en la consulta, el médico me dice que camine un poco sin muletas para verme. Camino bien, pero como llevo la bota bloqueada no puedo hacer el juego y se lo comento. Resulta que sólo tenía que haber puesto un bloqueo, de manera que no pudiera pasarme en el movimiento del talón, pero sí que pudiera elevar los dedos. Me saco las botas, quitamos ese bloqueo y pruebo a caminar. Bueno, menuda diferencia, así me permite plantar el talón y luego ir bajando el pie haciendo el juego de tobillo. Esto es otra cosa, camino un poco por la consulta y veo la luz, puesto que la última semana, al llevar el ángulo en negativo se hacía muy incómodo el caminar y a la noche tenía alguna ligera molestia en el tobillo.

Lo siguiente es caminar ya sin muletas, una semana más manteniendo el bloqueo del talón, para tener más seguridad y que haga tope en caso de estirar demasiado el tendón, pero sólo durante una semana. Luego, dos semanas más, con la bota suelta del todo, esto es sin topes, con movimiento libre. Y a la tercera semana quitarme las botas. Me parece increíble. ¡Sin muletas y en breve sin botas!

La rehabilitación la tengo que empezar inmediatamente, en principio 20 sesiones, y revisión cuatro semanas después, aunque me dice que si quiero ir una semana antes para quitarme las botas en consulta y ver qué tal, que vaya en tres semanas. Lo prefiero. Me parece todo tan nuevo que ahora mismo me gustaría mejor probar allí, aunque en cuanto empiece con la rehabilitación supongo que cogeré seguridad.

También me dice que tengo que ir poniéndome en pie, para meterle un poco de carga a los tobillos y al talón. Me pregunta que si me ducho de pie y le digo que no, que aún sentado, y dice que de eso nada, que con mucho cuidado pero que en pie. Quedamos en vernos en tres semanas.

Bajamos a Fisioterapia para pedir cita cuanto antes para comenzar la rehabilitación. Me dicen que están un poco saturados y que lo tiene que ver la coordinadora, para ver si hay hueco para mi tratamiento, pero que no me preocupe, que en todo caso hablan con Mapfre, les pasan mi historia y me ofrecen otras clínicas donde acudir. Yo prefiero venir aquí, he estado movilizando a los compañeros de La Cabrera para ver qué horarios tienen y cómo podríamos organizarnos y me da más seguridad venir a la Clínica que me está llevando. Queda en llamarme en un plazo máximo de 48 horas. También me dice que se ponen en contacto con Mapfre para autorizar los volantes.

Lo de andar sin muletas al principio es un poco extraño, pero rápidamente se hace uno, además, por casa ya iba sin ellas, pero salir a la calle es otra historia. Bajo a dar un paseo y me llego al estanco, pues quiero informarme para comprar el abono transporte y de paso estiro las piernas, que ya apetece.

Día a día voy viendo que camino mucho mejor, puedo pasear un poco con Primo y bajar a algún recado, incluso a la peluquería.

Pasa el jueves y no me llaman de la Clínica, me mosquea un poco porque pienso que no tienen hueco y están tramitando con Mapfre para ir a otro sitio. El viernes por la mañana llamo y me dicen que está visto por la coordinadora y me ofrecen varios horarios para acudir a la rehabilitación, sí, en Cemtro, puedo elegir, pero sabiendo que ya siempre será éste. Elijo las 9.30, pues es más fácil compaginarlo con los dos amigos que me pueden llevar, la vuelta la haré en Metro y Bus. Sólo queda empezar.

Con la moral a tope, voy moviéndome, mucho más cómodo y seguro ya. Las molestias casi han desaparecido, y aunque me levanto un tanto entumecido, antes de calzarme las botas caliento un poco.

Preparado para entrar en la Tercera Fase…




lunes, 11 de enero de 2016

Semana 10. Esperando la revisión en dorsiflexión.

Semana 10. Esperando la revisión en dorsiflexión.
11/01/2016

Al fin han terminado las fiestas, este año sin salida montañera y viviéndolas de forma muy tradicional. Comidas familiares, salidas a centros comerciales, compras… Pero bueno, hemos sobrevivido, y hemos disfrutado, que es lo importante.

Esta semana no hay cambio en la bota, así que hasta el martes, que iré a consulta, sigo igual. El ángulo negativo, la dorsiflexión, hace que mantener el equilibrio cuando estoy en pie sea más complicado, me da la sensación de estar más que nunca sobre zancos, no puedo quedarme quieto y si no tengo ningún punto de apoyo tengo que estar moviéndome a un lado y otro. Igualmente, si no camino, me acaban doliendo los talones por la parte de abajo, pues al fin y al cabo es la parte que estoy apoyando en el suelo. Para estar cómodo y tener el pie más o menos de forma estable, tengo que flexionar un poco las piernas, en posición de “esquiador”, pues si mantengo la pierna en ángulo recto respecto al suelo el pie me queda “levantado” de los dedos y no tengo equilibrio alguno. Este ángulo de la bota es más incómodo pero noto, sobre todo cuando me las pongo por la mañana, recién levantado, que me tira de los tendones así que espero que al menos se vayan estirando. Me cuesta un poco ponérmelas en su sitio, así que caliento un poco y estiro, y después de desayunar me las vuelvo a ajustar y es entonces cuando ya noto que las puedo poner en su posición.

Continúo moviendo los pies, arriba y abajo sin forzar, no he notado mucha diferencia, aunque ya el aspecto es mucho más normal. La cicatriz no tiene mala pinta, me pica un poco y noto que el tendón está bastante duro debajo. Supongo que será lo primero que trabaje en la rehabilitación.

Los tobillos me duelen menos, parece que me voy acostumbrando al movimiento y  a mi propio peso, que, por cierto, espero no haya aumentado mucho debido al reposo y a la temporada navideña. He vuelto a salir de paseo, bajé a por el pan de nuevo, esta vez no había sol, la boina se ha instalado y la humedad y la lluvia están rondando toda la semana. Caminé a buen ritmo, pero sin prisas, veinticinco minutos ida y vuelta, buenas sensaciones y ausencia de dolor. Por la tarde sí que se resintieron un poco los tobillos, pero nada insoportable.

El martes bajaré a la clínica, ilusionado con dar un paso más, según me dijo en la última visita, quitaré el bloqueo a la bota y comenzaré la rehabilitación. Había pensado en bajar en transporte público y ver qué tal es la combinación bus+metro, pero al final creo que iré con Jony en coche, así aprovecharé para preguntar al médico si podría bajar yo solo tirando de muletas o sería mejor no forzar tanto, de momento.

Esta última semana me ha dado mucha libertad de movimiento, en casa voy sin muletas, y ya no tengo pereza para salir a dar un paseo o ir a comprar. Las muletas son lentas pero seguras, así que pasito a pasito llego a mi destino.

La silla de ruedas ha quedado aparcada, aunque de momento la dejo a mano, por si acaso. Parecen lejanos los días de rodar sobre ella, y no hace tanto, es sorprendente cómo nos adaptamos a cada nueva situación, cuando ya me manejaba fenomenal con la silla, sin cansarme y maniobrando como si llevara meses con ella, paso a las muletas y ya casi ni me acuerdo de la etapa anterior. Y sólo hace un par de semanas. La última vez que me senté en ella, para ir de compras con más comodidad, me sentí extraño, como si ya no la necesitara, así que al garaje.







lunes, 4 de enero de 2016

Semana 9. Walker a -7,5º El gran cambio

Semana 9. Walker a -7,5º El gran cambio.
04/01/2016

Las fiestas navideñas me han dado alas. Puedo desplazarme mucho más cómodamente y sigo sin tener dolor, al menos en la zona de la lesión. Los tobillos, sobre todo el izquierdo, me molestan un poco. Como un ligero picor. Puedo estar en pie bastante tiempo, aunque tampoco quiero abusar, salir a la calle sólo con muletas y moverme, lentamente, pero sin cansarme, aunque cuando llevo un rato en danza noto que las plantas, por la parte de los talones me duelen un poco. Espero que sea la falta de costumbre.

He bajado a por el pan aprovechando el sol que nos ha acompañado estos días atrás. Ha sido toda una experiencia, más de media hora ida y vuelta, pero no ha supuesto un esfuerzo exagerado. Las muletas me sirven de apoyo, aunque sin ellas soy capaz de andar y mantener el equilibrio, sobre todo por casa. La silla está aparcada, de momento la tengo en reserva por si acaso, y he ido al cine y al médico ya sólo con los bastones. Me encuentro mejor cada día que pasa. Ayer sin ir más lejos bajé al centro comercial para ver a mi amigo César, ha tenido un incidente en el Pirineo y el resultado ha sido una lesión en la rodilla. Tiene pupa, pero es un tío fuerte y sé que lo superará, no es la primera, y tiene mucho apoyo y más moral. Ánimo César, que tenemos cosas pendientes.

Moralmente, muy animado, con muchas ganas de ir la semana próxima al médico. Espero que me libere ya el bloqueo en el tobillo de la bota y me cuente cuándo empezaré la rehabilitación, pues ya necesito movimiento y empezar a ver avances de cara a mi lesión, pues de momento ha sido todo reposo y aprender a manejarme con la silla y las muletas, pero ya quiero sentir que puedo moverme. 

Sigo con mis ejercicios en casa. Muevo los pies arriba y abajo, sin forzar, como me dijo el doctor. No veo que los mueva mucho más que hace un par de semanas, en la extensión del tendón noto como que no da más de sí, aunque tiene un movimiento “aceptable”. Los gemelos siguen fláccidos, si me concentro, el derecho lo muevo algo más que el izquierdo.

He hecho algún apoyo, sobre todo en la cama y en la ducha. Ya no tengo ese miedo a plantar el pie. Si clavo los talones puedo moverme y no noto dolor alguno, pero sigo con mucho respeto a cualquier movimiento forzado, aunque, como digo, cuando no tengo las botas voy ganando en seguridad. A veces me salen movimientos reflejos “naturales” y me da mucha alegría. 

Lo peor sigue siendo subir y bajar escaleras, pues el bloqueo de la bota hace que tenga que hacerlo de lado, aunque con las muletas, o mejor el pasamanos, me defiendo bastante. Ayer incluso me atreví con las mecánicas, primero subir, con mucha atención, pero con decisión y seguridad llegué arriba. Bajar fue parecido. Buenas sensaciones.

Una de mis grandes preocupaciones, bajar a diario a rehabilitación, la tengo casi resuelta. Mi primera intención era buscar a alguien que pudiera llevarme y traerme, con mi coche, ofrecer alguna “gratificación”, pero es algo complicado. Dedicar un tiempo todos los días de la semana no es tan fácil. Pero con los avances de los últimos días he estado mirando por Internet las posibilidades del transporte público y la combinación no es mala, autobús y Metro, las dos estaciones con ascensor, así que si lo cuadro con algún amigo que baja a diario a Madrid me aventuraré al mundo del abono transporte, invertiré más tiempo pero precisamente ahora tampoco es que tenga demasiados planes. Una cosa más.