domingo, 31 de enero de 2016

Semana 13. Primer trimestre.

Semana 13. Primer trimestre.
25/01/2016

La segunda semana de rehabilitación tiene pocas novedades en cuanto a ejercicios. Continúo con los mismos, me encuentro mucho mejor y me parece lento y que podría hacer más, pero también me doy cuenta de que mis piernas aún no están muy fuertes. Noto bastante mejoría en cuanto a equilibrio. Ya soy capaz de mantenerme en pie sin apoyarme y he dado algún pequeño pasito, con mucha precaución.

Cuando llego a la clínica, a primera hora, siento los pies embotados, pero en cuanto comienzo con los ejercicios, rápidamente entran en calor y los tobillos ganan en movilidad. Los masajes añaden movimiento y fuerzan un poco algunas posiciones, no siento nada de dolor. Cristina me ha dicho que las cicatrices tienen muy buen aspecto y que casi no están pegadas, así que continua trabajando sobre ellas. 

El jueves añadí una pesa al plato, la mitad del tiempo en cada sitio (dedos/talón). Los primeros movimientos cuesta moverla, pero rápidamente voy cogiendo ritmo y al final se acostumbra uno.

El fin de semana he estado en casa probando con las deportivas. Camino, me levanto, me siento y la verdad, los primeros momentos han sido extraños, como pisar con toda la planta, pero poco a poco vas recordando cómo caminar (es como cuando te dicen que nunca te olvidas de montar en bici, pero más básico aún). Es una agradable sensación de libertad y ligereza. Me he quitado un poco el miedo a salir el martes de la consulta con mi propio calzado, de todas formas me dijo Cristina que si no lo veía claro, ya que iba a ir con las botas, en un momento dado podría volver con ellas a casa y ya aquí ir practicando. 

Espero que este entrenamiento del fin de semana me de suficiente seguridad para salir de la consulta con las botas en la mochila. Ir hasta el metro y volver en el bus es el reto que tengo ahora mismo en mi cabeza.


Hoy hace tres meses de la lesión, el tiempo ha pasado, no puedo decir ni lento ni rápido, y echando la vista atrás parece poco, pero cada día ha ido sumando de cara a la recuperación final. Las sensaciones son muy buenas, y mejorando.


lunes, 25 de enero de 2016

Semana 12. Primeros ejercicios.

Semana 12. Primeros ejercicios.
25/01/2016

Y llegó el tan esperado momento de ir a Rehabilitación. Me baja Pablo, compañero de La Cabrera, y me deja en la Clínica a las 8.30, como hasta las 9.30 no tengo cita y no sé cómo va aquí el tema de los horarios, me paso por la cafetería, tomo un café, hago tiempo y a las 9.15 me bajo a Fisioterapia. 

Lo primero, me presentan a Cristina, será mi Fisio, y me echa un vistazo general, movilidad, dolores, cicatrices. Todo parece estar en orden. Me dice los ejercicios que haré todos los días, y al final, cada jornada, me verá ella.

Comienzo con un ejercicio de inversión-eversión, mecanoterapia de flexión dorsal-plantar, vamos que me pongo en un aparato, me sujetan el pie con unas correas y a darle arriba y abajo, el primer día 10 minutos con cada pie, el resto, 15. Me empleo a fondo, veo que la gente se pone a charlar y le da al pedal alegremente. Yo intento concentrarme en llevar el pie al máximo en cada movimiento, vigilando el comportamiento del tendón/gemelo. A lo largo de la semana voy viendo que el gemelo toma algo de forma y se mueve.

Después de la flexión paso a electroestimulación, 15 minutos de corrientes en ambos gemelos. Me tumbo en la camilla con los pies en ángulo recto contra la pared. El cosquilleo es hasta agradable y me relajo un rato mirando al techo.

Por último, me siento en una butaca y con una toalla en el suelo hago ejercicios “intrínsecos”, moviendo los dedos de los pies como si quisiera coger la toalla, 15 minutos con cada pie. Alterno uno y otro y hago un total de 20/25 minutos.

Para terminar, paso a una sala con Cristina y me va moviendo el pie, suavemente a un lado y otro y forzando un poco arriba y abajo. No noto nada de dolor, así que se va empleando cada día un poco más fuerte. Luego, boca abajo, me va repasando el tendón a ambos lados y “pellizcando” la cicatriz, supongo que para ir despegando un poco el mazacote. Tengo el tobillo “fino”, pero el tendón está bastante ancho y algo amorfo. Espero que se vaya estilizando con todo este ejercicio.

Y así los cinco días. El lunes pregunté que si hacía algo por la tarde en casa, y las dos auxiliares contestaron al unísono “Descansar”, bueno, les dije que me gustaría aprovechar un poco el tiempo, pero sin forzar, claro, y me dijeron que, como mucho, un poco el ejercicio de la toalla. Caminar sin abusar y que poco a poco.

La vuelta a casa ya es un poco más aventura. Camino diez minutos (a mi paso) hasta el metro, allí bajo todo escaleras mecánicas y tengo cuatro estaciones hasta Plaza de Castilla, desde donde sale un bus cada hora hasta casa. Los horarios no cuadran mal, así que en dos horas y cuarto estoy en casita, sin caminar mucho y sin subir y bajar escaleras.

Ya voy poniéndome en pie, día a día he notado mucho cambio. El primer día, apenas mantenía el equilibrio, y tenía que apoyarme, era una sensación extraña, como de mareo, pero noto que voy a mejor, ya incluso he dado algún pasito y entro y salgo de la ducha en pie, con mucho cuidado, eso sí. Ya puedo quedarme de pie en equilibrio.

Me queda poco más de una semana con las botas y ahora mismo no me veo muy capaz de caminar con zapatillas y sin muletas, me encontré al doctor en la cafetería y se lo comenté, me contestó que notaré mejoría día a día y que me verá en consulta para hacer el cambio. Probaré en casa antes, para ver sensaciones.

Con las botas puedo andar medianamente bien, lento pero seguro, paseo y disfruto a mi ritmo de la libertad de volver a caminar…






domingo, 17 de enero de 2016

Semana 11. Comienza la rehabilitación.

Semana 11. Comienza la rehabilitación.
18/01/2016

El martes bajé a la Clínica a la revisión, dos meses y medio ya de la operación, el tiempo ha ido pasando, no diré que ha volado, pero tampoco ha sido tan lento, muy llevadero, diría yo.

Como no sabía que me diría el médico acerca de caminar, al final me ha bajado Jony, así ha sido más cómodo, pero me quedo con las ganas de saber la combinación de transporte público, tiempo habrá. Una vez en la consulta, el médico me dice que camine un poco sin muletas para verme. Camino bien, pero como llevo la bota bloqueada no puedo hacer el juego y se lo comento. Resulta que sólo tenía que haber puesto un bloqueo, de manera que no pudiera pasarme en el movimiento del talón, pero sí que pudiera elevar los dedos. Me saco las botas, quitamos ese bloqueo y pruebo a caminar. Bueno, menuda diferencia, así me permite plantar el talón y luego ir bajando el pie haciendo el juego de tobillo. Esto es otra cosa, camino un poco por la consulta y veo la luz, puesto que la última semana, al llevar el ángulo en negativo se hacía muy incómodo el caminar y a la noche tenía alguna ligera molestia en el tobillo.

Lo siguiente es caminar ya sin muletas, una semana más manteniendo el bloqueo del talón, para tener más seguridad y que haga tope en caso de estirar demasiado el tendón, pero sólo durante una semana. Luego, dos semanas más, con la bota suelta del todo, esto es sin topes, con movimiento libre. Y a la tercera semana quitarme las botas. Me parece increíble. ¡Sin muletas y en breve sin botas!

La rehabilitación la tengo que empezar inmediatamente, en principio 20 sesiones, y revisión cuatro semanas después, aunque me dice que si quiero ir una semana antes para quitarme las botas en consulta y ver qué tal, que vaya en tres semanas. Lo prefiero. Me parece todo tan nuevo que ahora mismo me gustaría mejor probar allí, aunque en cuanto empiece con la rehabilitación supongo que cogeré seguridad.

También me dice que tengo que ir poniéndome en pie, para meterle un poco de carga a los tobillos y al talón. Me pregunta que si me ducho de pie y le digo que no, que aún sentado, y dice que de eso nada, que con mucho cuidado pero que en pie. Quedamos en vernos en tres semanas.

Bajamos a Fisioterapia para pedir cita cuanto antes para comenzar la rehabilitación. Me dicen que están un poco saturados y que lo tiene que ver la coordinadora, para ver si hay hueco para mi tratamiento, pero que no me preocupe, que en todo caso hablan con Mapfre, les pasan mi historia y me ofrecen otras clínicas donde acudir. Yo prefiero venir aquí, he estado movilizando a los compañeros de La Cabrera para ver qué horarios tienen y cómo podríamos organizarnos y me da más seguridad venir a la Clínica que me está llevando. Queda en llamarme en un plazo máximo de 48 horas. También me dice que se ponen en contacto con Mapfre para autorizar los volantes.

Lo de andar sin muletas al principio es un poco extraño, pero rápidamente se hace uno, además, por casa ya iba sin ellas, pero salir a la calle es otra historia. Bajo a dar un paseo y me llego al estanco, pues quiero informarme para comprar el abono transporte y de paso estiro las piernas, que ya apetece.

Día a día voy viendo que camino mucho mejor, puedo pasear un poco con Primo y bajar a algún recado, incluso a la peluquería.

Pasa el jueves y no me llaman de la Clínica, me mosquea un poco porque pienso que no tienen hueco y están tramitando con Mapfre para ir a otro sitio. El viernes por la mañana llamo y me dicen que está visto por la coordinadora y me ofrecen varios horarios para acudir a la rehabilitación, sí, en Cemtro, puedo elegir, pero sabiendo que ya siempre será éste. Elijo las 9.30, pues es más fácil compaginarlo con los dos amigos que me pueden llevar, la vuelta la haré en Metro y Bus. Sólo queda empezar.

Con la moral a tope, voy moviéndome, mucho más cómodo y seguro ya. Las molestias casi han desaparecido, y aunque me levanto un tanto entumecido, antes de calzarme las botas caliento un poco.

Preparado para entrar en la Tercera Fase…




lunes, 11 de enero de 2016

Semana 10. Esperando la revisión en dorsiflexión.

Semana 10. Esperando la revisión en dorsiflexión.
11/01/2016

Al fin han terminado las fiestas, este año sin salida montañera y viviéndolas de forma muy tradicional. Comidas familiares, salidas a centros comerciales, compras… Pero bueno, hemos sobrevivido, y hemos disfrutado, que es lo importante.

Esta semana no hay cambio en la bota, así que hasta el martes, que iré a consulta, sigo igual. El ángulo negativo, la dorsiflexión, hace que mantener el equilibrio cuando estoy en pie sea más complicado, me da la sensación de estar más que nunca sobre zancos, no puedo quedarme quieto y si no tengo ningún punto de apoyo tengo que estar moviéndome a un lado y otro. Igualmente, si no camino, me acaban doliendo los talones por la parte de abajo, pues al fin y al cabo es la parte que estoy apoyando en el suelo. Para estar cómodo y tener el pie más o menos de forma estable, tengo que flexionar un poco las piernas, en posición de “esquiador”, pues si mantengo la pierna en ángulo recto respecto al suelo el pie me queda “levantado” de los dedos y no tengo equilibrio alguno. Este ángulo de la bota es más incómodo pero noto, sobre todo cuando me las pongo por la mañana, recién levantado, que me tira de los tendones así que espero que al menos se vayan estirando. Me cuesta un poco ponérmelas en su sitio, así que caliento un poco y estiro, y después de desayunar me las vuelvo a ajustar y es entonces cuando ya noto que las puedo poner en su posición.

Continúo moviendo los pies, arriba y abajo sin forzar, no he notado mucha diferencia, aunque ya el aspecto es mucho más normal. La cicatriz no tiene mala pinta, me pica un poco y noto que el tendón está bastante duro debajo. Supongo que será lo primero que trabaje en la rehabilitación.

Los tobillos me duelen menos, parece que me voy acostumbrando al movimiento y  a mi propio peso, que, por cierto, espero no haya aumentado mucho debido al reposo y a la temporada navideña. He vuelto a salir de paseo, bajé a por el pan de nuevo, esta vez no había sol, la boina se ha instalado y la humedad y la lluvia están rondando toda la semana. Caminé a buen ritmo, pero sin prisas, veinticinco minutos ida y vuelta, buenas sensaciones y ausencia de dolor. Por la tarde sí que se resintieron un poco los tobillos, pero nada insoportable.

El martes bajaré a la clínica, ilusionado con dar un paso más, según me dijo en la última visita, quitaré el bloqueo a la bota y comenzaré la rehabilitación. Había pensado en bajar en transporte público y ver qué tal es la combinación bus+metro, pero al final creo que iré con Jony en coche, así aprovecharé para preguntar al médico si podría bajar yo solo tirando de muletas o sería mejor no forzar tanto, de momento.

Esta última semana me ha dado mucha libertad de movimiento, en casa voy sin muletas, y ya no tengo pereza para salir a dar un paseo o ir a comprar. Las muletas son lentas pero seguras, así que pasito a pasito llego a mi destino.

La silla de ruedas ha quedado aparcada, aunque de momento la dejo a mano, por si acaso. Parecen lejanos los días de rodar sobre ella, y no hace tanto, es sorprendente cómo nos adaptamos a cada nueva situación, cuando ya me manejaba fenomenal con la silla, sin cansarme y maniobrando como si llevara meses con ella, paso a las muletas y ya casi ni me acuerdo de la etapa anterior. Y sólo hace un par de semanas. La última vez que me senté en ella, para ir de compras con más comodidad, me sentí extraño, como si ya no la necesitara, así que al garaje.







lunes, 4 de enero de 2016

Semana 9. Walker a -7,5º El gran cambio

Semana 9. Walker a -7,5º El gran cambio.
04/01/2016

Las fiestas navideñas me han dado alas. Puedo desplazarme mucho más cómodamente y sigo sin tener dolor, al menos en la zona de la lesión. Los tobillos, sobre todo el izquierdo, me molestan un poco. Como un ligero picor. Puedo estar en pie bastante tiempo, aunque tampoco quiero abusar, salir a la calle sólo con muletas y moverme, lentamente, pero sin cansarme, aunque cuando llevo un rato en danza noto que las plantas, por la parte de los talones me duelen un poco. Espero que sea la falta de costumbre.

He bajado a por el pan aprovechando el sol que nos ha acompañado estos días atrás. Ha sido toda una experiencia, más de media hora ida y vuelta, pero no ha supuesto un esfuerzo exagerado. Las muletas me sirven de apoyo, aunque sin ellas soy capaz de andar y mantener el equilibrio, sobre todo por casa. La silla está aparcada, de momento la tengo en reserva por si acaso, y he ido al cine y al médico ya sólo con los bastones. Me encuentro mejor cada día que pasa. Ayer sin ir más lejos bajé al centro comercial para ver a mi amigo César, ha tenido un incidente en el Pirineo y el resultado ha sido una lesión en la rodilla. Tiene pupa, pero es un tío fuerte y sé que lo superará, no es la primera, y tiene mucho apoyo y más moral. Ánimo César, que tenemos cosas pendientes.

Moralmente, muy animado, con muchas ganas de ir la semana próxima al médico. Espero que me libere ya el bloqueo en el tobillo de la bota y me cuente cuándo empezaré la rehabilitación, pues ya necesito movimiento y empezar a ver avances de cara a mi lesión, pues de momento ha sido todo reposo y aprender a manejarme con la silla y las muletas, pero ya quiero sentir que puedo moverme. 

Sigo con mis ejercicios en casa. Muevo los pies arriba y abajo, sin forzar, como me dijo el doctor. No veo que los mueva mucho más que hace un par de semanas, en la extensión del tendón noto como que no da más de sí, aunque tiene un movimiento “aceptable”. Los gemelos siguen fláccidos, si me concentro, el derecho lo muevo algo más que el izquierdo.

He hecho algún apoyo, sobre todo en la cama y en la ducha. Ya no tengo ese miedo a plantar el pie. Si clavo los talones puedo moverme y no noto dolor alguno, pero sigo con mucho respeto a cualquier movimiento forzado, aunque, como digo, cuando no tengo las botas voy ganando en seguridad. A veces me salen movimientos reflejos “naturales” y me da mucha alegría. 

Lo peor sigue siendo subir y bajar escaleras, pues el bloqueo de la bota hace que tenga que hacerlo de lado, aunque con las muletas, o mejor el pasamanos, me defiendo bastante. Ayer incluso me atreví con las mecánicas, primero subir, con mucha atención, pero con decisión y seguridad llegué arriba. Bajar fue parecido. Buenas sensaciones.

Una de mis grandes preocupaciones, bajar a diario a rehabilitación, la tengo casi resuelta. Mi primera intención era buscar a alguien que pudiera llevarme y traerme, con mi coche, ofrecer alguna “gratificación”, pero es algo complicado. Dedicar un tiempo todos los días de la semana no es tan fácil. Pero con los avances de los últimos días he estado mirando por Internet las posibilidades del transporte público y la combinación no es mala, autobús y Metro, las dos estaciones con ascensor, así que si lo cuadro con algún amigo que baja a diario a Madrid me aventuraré al mundo del abono transporte, invertiré más tiempo pero precisamente ahora tampoco es que tenga demasiados planes. Una cosa más.